No soy futbolera en absoluto, pero vi los dos últimos partidos, me contagié de la euforia colectiva y anoche sufrí como todxs lxs españolitxs con el juego sucio a lo Kung Fu del equipo holandés frente a la firmeza del español por jugar fútbol de altura.
Afortunadamente ganó la honestidad, que tanto me gusta defender, así que saco esa segunda lectura, no siempre el traicionero ha de salirse con la suya.
Aprovechemos esta inyección de alegría para mirar la vida con optimismo, porque el pesimismo es el más tupido velo que nos impide ver lo que de bueno esté pasando delante de nuestros ojos, así que no se puede aprovechar.
Felicidades a todxs
Futbolísticamente hablando ganó el mejor equipo, no hay ningún tipo de duda. Sin embargo, este aspecto no es el que me importa, me quedo en la esfera de lo ético y moral y para eso me remito a dos episodios del partido de la final: 1ero el gol de Iniesta, técnicamente soberbio, pero esto no es lo que importa. Iniesta tras recibir multitud de agresiones por parte de los holandeses (digresión: ¿Era la selección de Holanda o un grupo de gamberros-delicuentes de los alrededores del puerto de Rotterdam? sin ánimo de ofender, però algunos rostros y expresiones hacían pensar en lo segundo)tiene la fuerza de seguir adelante sin perder comba, hasta conseguir hacer entrar la pelota. No hay ningún tipo de duda: Lo que le hace levantarse una y otra vez no es solo su capacidad física, és una fuerza moral, la de deberse a sus compañeros. Y si nos queda alguna duda al respecto desmenucemos la secuencia: Recibe la pelota, centra como solo él sabe hacer (no se trata de ser futbolero, solo se trata de reconocer el esfuerzo), chuta, mete el gol y acto seguido se produce el momento épico: en lugar de centrarse en celebrar el gol y exhibirse, se desprende de la camiseta oficial y corre para lucir otra en la que recuerda a Dani Jarque, jugador del Espanyol muerto súbitamente al principio de la temporada. Dedica el gol, la victoria, el Mundial a su amigo muerto, para más inri, del equipo rival al suyo. Ha padecido los ciento y pico minutos de hostias holandesas para poder honrar la memoria de su amigo muerto, sin tener la certeza de que al fin pudiera hacerlo. Perfectamente podria no haber marcado volviendo al vestuario co la camiseta sin desenfundar, corrió el riesgo y ganó. Y ganó no solo el partido, el Mundial etc. Ganó la posición más prciada a la que podemos aspirar las personas: Ser un referente para los demás. Y con esto enlazo con el segundo apunte al que queria hacer mención: Pasado el partido, en plena euforia colectiva,al ser entrevistado Vicente Del Bosque este hace hincapié en el valor moral de la actitud de los jugadores de la selección: "...Estos chavales son un ejemplo para España entera", un ejemplo de cohesión, cooperación, suma, acuerdo... Lo opuesto a lo que hemos padecido con la famosa sentencia del Tribunal Constitucional y que tanto daño ha hecho.
ResponderEliminarEn todo caso no olvidemos que la cruda realidad está ahí y que para afrontarla podemos tomar ejemplo de estos chavales
Un fuerte abrazo de tu amigo Catalán
Has dicho y yo digo Amen.
ResponderEliminarPor fin esta España está dando una imagen de educación y buena gente, de la que tanto se alejan los poderes públicos... estos chavales y su seleccionador han sacado a las calles de todo el mundo españoles celebrando la victoria en completa armonía y sin los malos rollos que habitualmente estamos proyectando gracias a sectores de la clase política que juegan el mismo juego sucio que el equipo holandés. Parece una ironía que estemos comparando como debería funcionar un país a través de logros futbolísticos, pero ahí queda el ejemplo, sin embargo, sinceramente no creo que sirva de mucho, queda en la anécdota y después aunque los diarios de todo el mundo estén alabando el hecho, "el pobre a su pobreza y el rico a su riqueza" como decía la canción.
Un abrazo Amigo Catalán