lunes, 1 de septiembre de 2008

SEPTIEMBRE

Ya llevo algunos días sintiendo esa bucólica sensación que causa la luz de septiembre. En pocos días, el fulgor transparente que tiene la luz de verano se emblanquece, y aunque siga haciendo calor brilla tamizada anunciando el próximo otoño, propiciando tardes y noches más frescas, ya dicen: “Agosto frío en rostro”.
No todos los meses del año son tan señalados. Para todos, como poco huele a libros de texto nuevos, es comienzo de curso, pero no sólo para los niños y los padres, también se habla del comienzo de curso político y empresarial.
Después de las caravanas que en estos días ha soportado gran parte de la población, en regreso masivo a la residencia habitual, quien más quien menos se plantea, nuevos proyectos. Es habitual en septiembre que las editoriales de fascículos aprovechan esta tesitura sacando decenas de coleccionables que no cesan de anunciar en todos lados. Además del consabido “El otoño ya está aquí” sorprendiendonos los últimos días viendo como las rebajas dejaban ya un hueco a la moda del otoño, que en muchos escaparates ya luce como tema central desde mediados de agosto. Dejarán de emitir esos horrorosos programas preparados para ocupar las vacaciones de los habituales programas y series televisivos, y nuestros locutores favoritos de radio nos presentarán los cambios para el nuevo curso. Escucharemos el balance de cifras de muertos en carretera, de la ocupación hotelera, el incremento de separaciones después de las vacaciones y las de la media de gastos para las familias. Volver al trabajo, reencntrarse con la rutina, con ese compañero trepa y odioso, el jefe, incluso la alegría por el encuentro con algún compañero que merece la pena... y con la consabida "depresión postvacacional" de todos los años. Además desde hace unos años se añadió a nuestros septiembres el recuerdo imborrable de aquel fatídico día 11.
En mi opinión, esa llamada cuesta de enero, es mucho más acentuada en estos días. Las economías de las familias con hijos se ven seriamente afectadas, las vacaciones han dejado su mella en las tarjetas de crédito de los más despistados, y este año para colmo nos enfrentamos a una sería crisis que todos estamos ahora expectantes por ver como se desarrolla, como si la sociedad en conjunto nos hubiéramos concedido un paréntesis sin pensar demasiado en ello, para que no enturbiara la alegría vacacional.

En fin, me evoca muchas más cosas esta luz y el nombre de septiembre… pero sólo hablaré ya un recuerdo de mi adolescencia, espero que os guste compartirlo conmigo. Un poco de ritmo y alegría para volver a empezar.


1 comentario:

  1. Ay ay ay...que estamos ya todos mu mayorcisimos pero, como se agradece recordar a veces :).
    Un besiño D.L.
    grajorrojo

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