Emoción en la fiesta del sábado

Para ser sincera, debo decir que estuve a punto de suspender la fiesta de Momificación que tenía programada para el sábado pasado, parece que el puente hizo estragos y el viernes había poca gente apuntada, y ya no por mí que a fin de cuentas aunque seamos pocos vamos a pasarlo bien siempre, pero me parecía que a efectos rentabilidad del loft podía no convenirles, sin embargo el organizador me instó a que siguiera a delante con ella aunque fuéramos poquitos... y me alegré no sabéis como.
Según terminaba de hablar con él, me llamó una chica que me seguía desde hacía tiempo y estaba muy interesada en conocer nuestro mundo. No quería de momento participar y muy tímidamente me preguntaba si era posible venir a saciar su curiosidad y averiguar si era esto lo que andaba buscando. Claro que podía, me encanta abrir las puertas a las personas realmente interesadas, y además me encanta que la gente sea tan valiente como demostró serlo esta nueva amiga. Luego se fue apuntando más gente, y me encontré con que vinieron otras personas que nunca habían venido y que estuve encantada de conocer. Al final, nos reunimos un curioso grupo de habituales y noveles muy interesante.
Estas reuniones siempre comienzan con charletas entre los asistentes, así que quienes no habían venido nunca tuvieron la oportunidad de preguntar y enterarse de cuantas dudas tenían.
El juego comenzó cuando momifiqué a Tania, para quien esto era un reto personal ya que ha padecido claustrofobia. Ella ha empezado a tentarse con el BDSM desde hace poco tiempo, seguramente he tenido una poquita responsabilidad por la pasión que pongo en las cosas que le cuento, y parece mentira que se portara tan bien durante la experiencia. La sentí muy entregada, llendo de la sensación de inmovilización a la más pura excitación, toda una explosión emocional... al acabar dijo querer repetirlo, así que misión cumplida.
Curiosa fue la momificación que le hizo Mario a Ama Sejmet, si, sí, no me he confundido de nombre, que quiso probar qué se siente, y tras ello se dejó poner unas agujas, por lo mismo, porque dice querer saber qué es lo que sienten los sumisos cuando ella se lo haga... por eso, y por que quien se las puso es una Dómina experta con las agujas que dio algunos consejos de como hacerlo bien, que por cierto también era la primera vez que venía, y aunque nos conocíamos en el sentido físico de la palabra, no había habido oportunidad de hacerlo realmente y fue todo un placer.
Se sucedieron más juegos, y no solo momificaciones, que a fin de cuentas solo era un lema más, una vez que nos ponemos a jugar no tenemos fin, pero sin duda lo  más emotivo fue la reacción de "la chica nueva", que tras ver el ambiente cordial y seguro que se respira entre nosotrxs me sorprendió diciéndome que le encantaría probar las cuerdas, y a mí que no me gusta nada pervertir a la gente, acepté de inmediato. Le hice una karada muy flojita para no asustarla, y cuando se sintió así presa me dijo que podía dejarla así cuanto tiempo quisiera... ante la sorpresa decidí ir más lejos y hacerle un takate-kote atándola al punto de suspensión y prendiéndole tan solo una pierna sin llegar a suspenderla que me parecía muy fuerte para la primera vez que probaba las cuerdas. Sin embargo quise que atisbara la sensación que podría llegar a sentir, abrazándola, apoyándola sobre mi pecho y haciéndola perder la verticalidad. Diría que entró en trance y yo con ella, no podía creer que en tales circunstancias, siendo novata y que yo había puesto la máxima inocuidad en mi trato para respetar que se presentaba como una "vainilla switch" (es decir, nada claro, jajaja), pudiera estar transmitiéndome tales sensaciones. Se relajó y estuvo largo rato atada, con cara de felicidad y tranquilidad; tras caer la última cuerda al suelo, sin que nadie le dijera que debía hacerlo porque es costumbre entre nosotrxs, me besó y se me abrazó dándome las gracias con un enorme sentimiento. No sabéis la felicidad que es para mí abrirle las puertas a quien sin duda va a tomar este mundo como parte del propio.