Emociones encontradas

Últimamente tengo emociones encontradas en cuanto a mi dedicación como Dómina profesional, me encanta lo que hago, pero me gusta como lo hago yo, no lo que cada vez más encuentro que buscan los "sumisos" que llaman para venir a visitarme. El hecho de que cada vez más profesionales de la prostitución hayan incluido nuestra estética y  juegos pseudo sado entre sus servicios, que cualquiera se auto apode ama, dómina, mistress, lady, sin tener pajolera idea de qué va esto, también ha producido un desgaste y un empobrecimiento de lo que es o, en mi opinión debería ser el BDSM profesional. Cada vez más recibo llamadas de personas que ni siquiera tienen fantasías de sumisión  ni masoquismo, que a pesar de que mis anuncios y mi Web son absolutamente claros sobre quien soy y qué es lo que hago, en general son de mucho morboso que se piensa que todo el monte es orégano, que te proponen juegos sexuales convencionales, que te piden hacer desnuda la sesión, que si follas, que lo que les mola es que estés en lencería y chuparte entera... en fin, mil cosas que nada tienen que ver con lo que como Dómina  deseo ofrecer y mucho menos a priori y por teléfono, como si a una le apetecieran esas cosas con cualquier señor que la pague.
En cuanto contestas el teléfono ya sabes lo que viene detrás cuando ni siquiera media un buenos días, alguien al otro lado te dice: te llamo por el anuncio, y yo pregunto cual, porque claro, anuncio sesiones privadas, colectivas, alquiler de sala, les da igual, no llaman a una persona concreta porque de ser así preguntarían ¿Dómina Libertad? Simplemente llaman a un teléfono que hay junto a una foto, sin haber leído nada de lo que has escrito... o te dicen eso de "Es para pasarme"... En fin, siempre con una mala educación y una falta de respeto por quien les coge el teléfono, que a mí siempre me ha hecho pensar que qué penita de gente que ni siquiera consideran que por muy prostituta que sea la que creen se encontrarán cuando les contestan, hay que ver qué poco consideran que es una PERSONA, y no lo digo ya porque piensen que yo por anunciarme lo soy, que es una profesión tan digna cualquier otra, sino porque me parece denigrante como las tratan
Me niego a entrar en ese juego y si hay algo que soy es fiel a mí misma, por más que los vientos que corren a causa de la situación económica, sean flojos. Digo yo, ¿no hay miles de prostitutas que anuncian lo que ellos buscan? Oiga, que cada uno es muy libre de tener sus propias fantasías pero también debe saber donde ir a buscarlas, porque no vas a buscar pan a una tienda de electrodomésticos. Odio tener que soportar que me falten al respeto cuando la información que doy en mis sitios es radical y me he cuidado mucho de que no se pueda entrever ningún atisbo de ofrecer ninguna otra cosa que no sea practicar BDSM, disponibilidad y ofrecer de un sitio discreto preparado para ello.
Eso sin hablar de esos que acostumbran a concretar sesiones a las que no pretenden asistir, con la consiguiente pérdida de tiempo que ocasionan, desde el principio me sorprendió encontrar que hay mucho infantilismo, son como Mister Been, se comportan como niños cuando nadie los ve, y lo más curioso de todo es que en cima son tontos porque muchos intentan repetir la jugada. Con el tiempo he ido conociendo detalles de llamadas de quien intenta dártela, y no solo eso, colecciono en mi agenda de teléfono montones de números que nunca responderé ya más. Hay muchos truquis para conocerles y al menos eso de verte compuesta y sin sumi es difícil que me pase ya.
De verdad que todo esto en muchas ocasiones desanima, a mí me gusta jugar con la gente, me gusta pervertirlos, ayudarlos a conocerse las muchas cosas que tienen dentro, me gusta llevar a un sumiso a "la otra dimensión", me gusta encontrar complicidades, me gusta su adoración cuando me he ganado su respeto, disfrutar de nuestros fetichismos, me gusta pasarlo bien con ellxs, todo eso alimenta mi espítu y no quiero por nada del mundo que mi actividad se convierta en algo pesado de llevar que solo hago por ganarme el pan de cada día.
Solo acepto recibir a quien creo va a jugar al nivel que a mí me gusta y afortunadamente, tengo sesiones profesionales maravillosas que compensan estos sin sabores, de lo contrario ya lo habría dejado, como las que muestro en estas fotos, una con augusto, un sumisito bien entregado muy masoquista que me visita desde hace tiempo y con quien se ha ido generando una gran complicidad, o con la jenny que conocí esta misma semana y que fue toda una sorpresa y me levantó los ánimos que andaban un poco bajos ¡qué persona más divertida! Cuando me quise dar cuenta debíamos salir corriendo porque era tan tarde que me cerraban el metro.