¿Practican sexo las Dóminas con sus sumisos?

Este artículo fue escrito para contestar a una sumisa que preguntaba en un foro en el que participo, el porqué las Dóminas somos asexuadas, y si los Amos practican sexo con sus sumisas, por qué nosotras no lo hacemos con los sumisos. Incluso, se preguntaba si era por “feminismo”.
Naturalmente no pretendo sentar cátedra, ya que en este tema entramos en los deseos de cada cual, pero sí me gustaría al menos despejar dudas sobre esa casposa leyenda de que las Dóminas no practicamos sexo con los sumisos.
Iré por partes y sentaré de ante mano que sesiones se pueden tener con personas que sexualmente no nos motivan, pero con las que sin embargo podemos empatizar a través de este pacto que nos equilibra dentro del juego BDSM, y digo esto porque efectivamente, como profesional jamás pactaría una sesión con sexo a priori, ya que como mujer no soy distinta de otras, y para tener sexo con un hombre necesito desearlo, por lo que si pactara una sesión con sexo dejaría de estar haciendo BDSM para vender sexo duro, y no estoy interesada en dedicarme a la prostitución (conste, y quede claro que no es una critica a tal profesión). Es posible que de este hecho pueda derivarse parte de la fama de que las Dóminas no practican sexo con los sumisos, pero no tiene porque extrapolarse a nuestra vida particular, ni porque estar generalizado entre el resto de las Dóminas amateur.
Por otro lado, parece que lo que aquí estamos analizando es la diferencia entre lo que hacen los Dominantes y las Dóminas, y ahí creo que estareis todos de acuerdo en que hombres y mujeres no somos iguales, y por tanto al igual que la dominación masculina es distinta a la femenina, también lo es la sumisión de ambos géneros. Nuestras fantasías reflejan las frustraciones o sueños que nacen del imaginario de cada persona, y este imaginario se crea a partir de la cultura en la que nos hemos educado, la nuestra enraíza en la judeo-crisitana, en la que la mujer debe ser decente y para tal propósito conservase casta, pero sin embargo al hombre se le ha permitido “echar sus canitas al aire” porque por serlo, se le presupone más actividad sexual, y dada esta condición la idea de sometimiento del hombre hacia la mujer es puramente de utilizarla sexualmente a su antojo. Pensemos ahora en el matrimonio tradicional, a fin de cuentas no dejaba de ser un 24/7, eso sí, no consensuado, pero en el que el hombre era el amo y señor con derecho sobre la mujer, y ella la esclava sometida a él. Así el sexo quedaba por entero a la voluntad de él y para su disfrute cuando él lo deseaba, sin embargo una argucia muy común que desarrollaron las mujeres, fue la de negárselo cuando necesitaban conseguir algo o se sentían disgustadas, ya sabéis, el famoso dolor de cabeza… a grandes males, grandes remedios y a la mujer no le quedó otra salida más que la de ir refinando sus artes para poder escabullirse del sometimiento al que se vieron obligadas.
Después de este repaso histórico que a todos os sonará, no es raro que las fantasías de sometimiento de los hombres dominantes pasen por someter a la mujer sexualmente, las de las mujeres sumisas la de ser sometidas de este modo, y sin embargo los hombres sumisos cuanto más controlada sienten su sexualidad más complacientes y sumisos son, por lo que las Dóminas podemos valernos de la argucia que aprendimos de nuestras madres.
Pero no quiero acabar ahí, creo que hay algo más a tener en cuenta para explicarse esta fama que nos han echado, y me parece que es que muchas Dóminas pueden aún estar dejándose llevar por el machismo (como veis para mí no tiene esto nada que ver con el feminismo, sino todo lo contrario) que nos presupone más respetables cuanto más castas somos… aún se sigue criticando a la mujer que es muy activa sexualmente o que disfruta de cierta liberalidad, porque ser promiscua es algo deleznable, es decir, que lo que a los hombres se les a alabado durante siglos resulta que a nosotras se nos sigue negando, porque una mujer así suele ser “la chica divertida” pero no la respetable, ni la que se puede contemplar como pareja ideal… creedme aún está impregnado en nuestra cultura una sombra de aquello que tan bien criticó en el siglo XIX Benito Pérez Galdós en su novela “Fortunata y Jacinta”
Sin embargo, los tiempos van cambiado, algunos y algunas ya somos mentes libres, y como comentaron varios Amos al hilo del mismo tema del foro, ni todas las sesiones de dominación de los hombres son con sexo, ni es verdad que nosotras las Dóminas y Amas no utilicemos a nuestros sumisos sexualmente, al menos la que suscribe, en mi vida personal cuando decido jugar con un sumiso suele ser un hombre que me gusta y que me excita sexualmente, yo no soy de piedra y me parecería una tontería mayúscula quedarme con las ganas por preservar una reputación basada en una creencia machista y anticuada, si así fuera, entonces ¿dónde quedaría el cumplimiento de los deseos que como Dómina tengo? Es más, son pocos los casos, porque una de las condiciones indispensables para ser sumiso personal mío es no tener pareja, y la mayoría de los sumisos que me visitan profesionalmente la tienen, pero cuando en alguna ocasión me ha gustado alguno de ellos no le he vuelto a recibir profesionalmente, y precisamente por mi interés de utilizarle sexualmente le he citado personalmente para cumplir mi deseo.
De todos modos, no creo que la dominación femenina sea asexuada, de hecho y aunque no haya sexo en una sesión, lleva implícitos el erotismo y la seducción, el ideal del sumiso suele ser su necesidad por complacer a la mujer a la cual desea, que para él pasa por someterse a su voluntad.